El Concejo Municipal de Los Ángeles aprobó una ordenanza que convierte a la ciudad en un “santuario” para inmigrantes, prohibiendo el uso de recursos locales en la aplicación de leyes migratorias y el intercambio de información con autoridades federales. La medida, respaldada de manera unánime, refuerza protecciones ya existentes, como las políticas del Departamento de Policía de no preguntar sobre el estatus migratorio de las personas.
El concejal Hugo Soto-Martínez destacó la importancia de generar confianza para que inmigrantes puedan reportar delitos sin temor a la deportación. La ordenanza, apoyada por la alcaldesa Karen Bass, responde a posibles políticas migratorias severas del presidente electo Donald Trump.