En Washington, D.C. – La administración Biden detalló el martes pautas para incentivos fiscales destinados a impulsar la producción de combustible de aviación sostenible y ayudar a frenar las emisiones en rápido crecimiento de los aviones comerciales.

Las acciones del Departamento del Tesoro abrirían el camino para créditos fiscales para etanol a base de maíz si los productores siguen “prácticas agrícolas inteligentes para el clima”, incluido el uso de ciertos fertilizantes y métodos de cultivo.

El anuncio fue elogiado por la industria del etanol, pero recibió una reacción mucho más fría por parte de los ambientalistas. Para calificar, el combustible de aviación sostenible, o SAF, debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos la mitad en comparación con el combustible convencional para aviones fabricado a partir de petróleo. El Congreso aprobó los créditos, de $1.25 a $1.75 por galón, como parte del enorme proyecto de ley climática y de atención médica de Biden para el 2022.

Los funcionarios de la administración dijeron que la aviación comercial —principalmente aerolíneas de pasajeros y carga— representa el 10% de todo el combustible consumido por el transporte y el 2% de las emisiones de carbono de Estados Unidos.

La Asociación de Combustibles Renovables, un grupo comercial para la industria del etanol, dijo que las pautas del Tesoro “comienzan a abrir la puerta para que los productores de etanol y los agricultores estadounidenses participen en el mercado emergente de combustibles de aviación sostenibles.”

Sin embargo, el grupo comercial se mostró decepcionado de que los productores deban seguir ciertas prácticas agrícolas para reclamar el crédito fiscal.

Los escépticos temen que una gran parte de los créditos fiscales vayan a etanol y otros biocombustibles en lugar de a combustibles más limpios emergentes. “La ciencia importa y estamos preocupados de que esta decisión pueda haberse equivocado, pero estamos revisando cuidadosamente los detalles antes de llegar a cualquier conclusión final”, dijo Mark Brownstein, vicepresidente senior de la Environmental Defense Fund.

Aunque la participación de la aviación en las emisiones de carbono es pequeña, está creciendo más rápido que cualquier otra industria porque la tecnología de alimentar aviones con electricidad está muy rezagada detrás de la adopción de vehículos eléctricos en tierra.