El ex presidente Donald Trump vuelve a centrar su campaña en su feroz enemistad hacia los inmigrantes, proponiendo planes detallados que, de ejecutarse, causarían miseria y grandes costos para los contribuyentes y la economía. Sus planes incluyen prohibir nuevamente la entrada a ciertos países de mayoría musulmana y negar todas las solicitudes de asilo, así como arrestar y deportar sumariamente a millones de inmigrantes no autorizados. Trump justifica estas medidas con afirmaciones infundadas y alarmantes, afirmando que los inmigrantes están “envenenando la sangre de nuestro país”. Las dimensiones alarmantes del programa son evidentes en nuevos datos sobre inmigrantes no autorizados emitidos por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que estima que en 2022 había 11 millones de inmigrantes no autorizados en el país. La propuesta de Trump podría detener y deportar a 4.4 millones de niños ciudadanos estadounidenses, ya que al menos uno de sus padres es un inmigrante no autorizado.
Además, esta propuesta tendría serias consecuencias económicas, ya que la mayoría de los inmigrantes no autorizados tienen profundas raíces en sus comunidades y el país, con un gran porcentaje que lleva décadas viviendo aquí y trabajando en una variedad de sectores. La eliminación de estos trabajadores del mercado laboral podría provocar una recesión e inflación. Trump parece estar decidido a batir nuevos récords de deportaciones, ignorando los costos para los contribuyentes y la economía.