El nuevo plan de “autodeportación” de Donald Trump promete $1,000 y la posibilidad de volver a EE.UU. en el futuro, pero la realidad es muy distinta. La orden ejecutiva exige una salida “permanente”, lo que activa castigos migratorios de hasta 10 años sin poder regresar. Además, quienes acepten podrían perder protecciones legales y arriesgar bienes personales. Aunque se anuncia como una alternativa “voluntaria”, la presión incluye amenazas de arresto, multas y cárcel. Expertos advierten que se trata de un “truco” legal con consecuencias graves. Antes de tomar una decisión, consulta con un abogado de confianza.