El Partido Republicano recuperó el control del Senado de Estados Unidos junto a la victoria presidencial de Donald Trump, marcando la primera vez en cuatro años que el Senado vuelve a manos republicanas. La mayoría alcanzada, con al menos 52 escaños, garantiza su dominio en la cámara alta. Uno de los triunfos clave fue en Ohio, donde el demócrata Sherrod Brown perdió su escaño frente a Bernie Moreno, empresario de autos de lujo y tecnología blockchain.
Los republicanos también desafían a los demócratas en los estados del “muro azul” como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, donde la vicepresidenta Kamala Harris intentó infructuosamente mantener el respaldo para su partido. Intentos demócratas por desplazar a los republicanos Ted Cruz en Texas y Rick Scott en Florida tampoco tuvieron éxito.
Un inesperado empuje en Nebraska ayudó a los republicanos, donde la senadora Deb Fischer superó a un retador independiente. Además, el demócrata Jon Tester en Montana, en su lucha más difícil, cayó ante Tim Sheehy, respaldado por Trump.
Con estos avances, los republicanos podrían ampliar su mayoría en el Senado. No se ha confirmado quién será el próximo líder de la mayoría; Mitch McConnell, actual líder y el de más larga trayectoria, anunció previamente su retiro.